Liderazgo intergeneracional: Un camino de sabiduría compartida y renovación constante

Foto por Kampus Production via Pexels

Rev. Dra. Jessica Lugo-Meléndez

En un mundo marcado por rápidos cambios tecnológicos, sociales y culturales, el liderazgo — en especial en nuestras iglesias — enfrenta el reto de adaptarse sin perder su esencia. Una respuesta importante a este desafío es el liderazgo intergeneracional, una práctica que integra la sabiduría de generaciones anteriores con la innovación y energía de las nuevas con un enfoque equitativo en todas las generaciones. Esta visión no sólo fortalece nuestras iglesias, sino que también revitaliza comunidades, instituciones educativas y movimientos sociales.

¿Qué es el liderazgo intergeneracional?

El liderazgo intergeneracional es más que una estrategia de moda. Es una disciplina que reconoce el valor único de cada generación, promoviendo la colaboración entre jóvenes, adultos y personas mayores para crear un liderazgo compartido, inclusivo y sostenible. En lugar de ver la diferencia generacional como una barrera, aunque la reconoce, la convierte en un recurso.

Este modelo implica más que el simple relevo generacional. Implica co-liderazgo, mentoría mutua y apertura al aprendizaje cruzado. Cada generación trae consigo experiencias, conocimientos, valores y maneras de ver el mundo que, al entrelazarse, potencian el impacto colectivo.

La necesidad del liderazgo intergeneracional hoy

Según la presentación ofrecida por esta servidora durante la pasada Conferencia de Liderazgo de la ABHMS, hay una necesidad urgente de abrir espacio a nuevas voces en la toma de decisiones. Las iglesias enfrentan una desconexión creciente entre generaciones y esta desconexión, que se traduce en falta de relevancia, en la mayor parte es la gran razón por la cual muchas personas dejan la Iglesia. Muchas veces, los jóvenes sienten que no tienen cabida en las estructuras actuales, mientras que generaciones mayores luchan por mantenerse relevantes en contextos en rápida transformación y aquellas generaciones en el medio buscan contestaciones a sus realidades de vida que muchas veces no encuentran en la Iglesia.

Este fenómeno se refleja en los datos. Un informe de 2019 del Pew Research Center destacó que los adultos jóvenes (de 18 a 29 años) confían menos en instituciones clave en comparación con los adultos mayores. Por ejemplo, solo el 35% de los adultos jóvenes expresó confianza en que los estadounidenses respetarán los derechos de quienes no son como ellos, en comparación con el 67% de los mayores de 65 años. Esta percepción crea una brecha que el liderazgo intergeneracional trata de salvar mediante los elementos esenciales de confianza, relaciones y colaboración.

Principios del liderazgo intergeneracional

A lo largo de la presentación, destaco varios principios fundamentales:

  1. Visión compartida: Las generaciones deben soñar juntas. Una visión común ayuda a superar diferencias de estilo o experiencia y crea un propósito unificador.

  2. Espacios seguros para el diálogo: Es necesario construir entornos donde las personas puedan expresar sus ideas, temores y sueños sin juicio, y donde se valore la autenticidad.

  3. Mentoría recíproca: El liderazgo no es unidireccional. Los mayores tienen mucho que enseñar, pero también mucho que aprender de las generaciones más jóvenes, especialmente en temas de tecnología, comunicación y sensibilidad social.

  4. Toma de decisiones colectiva: Romper con modelos jerárquicos permite una distribución más equitativa del poder, promoviendo innovación y corresponsabilidad.

  5. Escucha activa y humilde: La clave del entendimiento intergeneracional es la escucha. El liderato actual debe poder escuchar no solo para responder, sino para comprender.

El liderazgo intergeneracional no es simplemente una moda ni una estrategia funcional. Es una expresión profunda del valor humano y comunitario y hasta una verdad bíblica.

Obstáculos comunes y cómo superarlos

Una de las barreras más comunes al liderazgo intergeneracional es el prejuicio generacional: la idea de que una generación es más competente, preparada o ética que otra. Esto puede traducirse en actitudes como “los jóvenes no tienen experiencia” o “los mayores ya no entienden el mundo actual”. Este tipo de afirmaciones son comunes en nuestras congregaciones y más aún cuando podemos encontrar hasta ocho generaciones dentro de nuestras comunidades de fe.

Para superar estos obstáculos, es vital cultivar una cultura de respeto y reconocimiento mutuo. Las iglesias pueden promover talleres intergeneracionales, ejercicios de memoria histórica, e incluso proyectos colaborativos que integren diferentes grupos de edad.

Otra dificultad es la resistencia al cambio, particularmente por parte de estructuras institucionales acostumbradas a modelos de liderazgo vertical. La transición hacia un modelo más horizontal e inclusivo requiere tiempo, paciencia, conocimiento y liderazgo con valentía profética.  Conocimiento de aquellos temas que le aquejan y encuentran relevante para su vida.  A continuación, un listado general de temas importantes a trabajar para comenzar conversaciones concretas que permiten superar las brechas que tantas veces crean la resistencia al cambio[i].

Adultos Jóvenes (18–35): Sexualidad, planificación financiera, carrera profesional, espiritualidad, estudios, soltería tardía.

Adultos (36–59): Experiencia de vida, crianza de hijos, adquisición de bienes, relaciones maritales, divorcio, pecado y salvación, nido vacío.

Adultos Mayores (60+): Soledad, muerte, salvación, salud, independencia.

Ejemplos prácticos

El documento que presenté en Puerto Rico menciona esfuerzos concretos, como sesiones de escucha, donde jóvenes y líderes establecidos comparten visiones del futuro, y espacios donde se promueve la cocreación de proyectos. También se plantea la importancia de re-imaginar las estructuras eclesiales y comunitarias con una perspectiva de renovación y esperanza.

Asimismo, se enfatiza la necesidad de que las nuevas generaciones no solo participen como “receptores”, sino como actores protagonistas en la toma de decisiones y en la formulación de estrategias misionales.

Esta participación es más crítica que nunca: un estudio global de Deloitte reveló que el 44 % de la generación Z y el 40 % de la generación milenial han rechazado empresas debido a la falta de alineación con sus valores personales. Esta estadística no solo refleja el deseo de relevancia generacional en el lugar de trabajo, sino que también pone de relieve la urgencia de crear culturas organizacionales en las que todas las generaciones puedan prosperar juntas en todos los ámbitos de la vida.

Beneficios del liderazgo intergeneracional

Los beneficios de este enfoque son múltiples:

  • Innovación enriquecida: La creatividad joven combinada con la experiencia acumulada produce soluciones más completas.

  • Mayor cohesión social: El diálogo intergeneracional fortalece los lazos comunitarios.

  • Sostenibilidad institucional: Las iglesias con liderazgo diverso están mejor preparadas para enfrentar el futuro.

  • Formación de nuevos líderes: Se asegura una transición de liderazgo más saludable y menos traumática.

Conclusión: Tejer generaciones con propósito

El liderazgo intergeneracional no es simplemente una moda ni una estrategia funcional. Es una expresión profunda del valor humano y comunitario y hasta una verdad bíblica. Encontramos múltiples modelos en las Escrituras — por ejemplo, Moisés y Josué, o Pablo y Timoteo — que nos muestran lo que debe y lo que no debe ser un proceso intencional de liderazgo intergeneracional. Sus implicaciones prácticas en nuestras iglesias son imperativas. Esto es, reconocer que todas las personas, sin importar su edad, tienen algo valioso que aportar a la misión colectiva.

Al abrazar el liderazgo intergeneracional, creamos espacios donde el pasado es honrado, el presente es compartido y el futuro es construido en comunidad. Como bien se afirma en la presentación, “cuando soñamos solos, es solo un sueño; pero cuando soñamos juntos, es el comienzo de una nueva realidad.”

El reto está lanzado: ¿Estamos dispuestos a compartir nuestra voz y escuchar otras, para construir en unidad una nueva generación de liderazgo con raíces profundas en la Iglesia?


La Rev. Dra. Jessica Lugo-Meléndez es la directora ejecutiva de la Asociación para la Educación Teológica Hispana (AETH). Lea la versión en inglés de este artículo aquí.

The views expressed are those of the authors and not necessarily those of American Baptist Home Mission Societies.

[i] Jessica Lugo-Meléndez, “Utilizing Relevant Bible Centric Studies as a Means of Retaining Young Adults in Active Church Membership and Ministry in an Older Puerto Rican American Baptist Church,” Doctor of Ministry dissertation, Liberty University, 2021.

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